Caffarena

- Abr 2016

 

La fábrica textil Caffarena, fundada en 1920, se instaló primero en la calle San Pablo 1510 para luego trasladarse a las casas ubicadas en calle Compañía de Jesús 2614 y Cueto 374.

Blas Caffarena Chiozza, genovés llegado a Chile en 1888 se instaló primero en Iquique para luego mudarse a Antofagasta, después a Arica y finalmente volviendo a su patria.

 

Entre 1917 y 1918, Blas Caffarena, se radicó en la costa este de Estados Unidos probando nuevas máquinas de tejer y estudiando el teñido con anilinas. En 1920 regresó a Santiago con sus máquinas, su esposa y siete hijos, entre quienes destaca Elena Caffarena (1903 – 2003), líder feminista que luchó por reivindicar el papel de la mujer en la sociedad.

 

La fábrica Caffarena se consolidó rápidamente, convirtiéndose en un aporte al barrio Yungay y otorgándole un carácter de barrio industrial a pequeña escala, pues la fuerza migratoria en el área del textil, es bastante reconocida, y potencia con su mirada extranjera el proceso de integración de las comunidades o colonias que llegan en las primeras décadas del siglo XX.

 

Así, el barrio se forja como unos de los más importantes en el desarrollo industrial. La fábrica ha sobrevivido a incontables crisis, posicionándose como una reconocida empresa  del rubro en América Latina.

 

Elena Caffarena

 

Hija del empresario textil italiano Blas Caffarena, inmigrante de ascendencia genovesa, y de Ana Morice. Realizó sus estudios hasta 5º Humanidades en el Liceo de Niñas de Iquique, terminando su enseñanza secundaria en el Liceo Nº 4 de Santiago.

Entró a la Universidad de Chile en la Escuela de Leyes a comienzo de los años veinte, introduciéndose rápidamente en los talleres voluntarios para la educación de obreras y obreros. Fue así como conoció a Luis Emilio Recabarren, quien motivó aún más su interés por la igualdad de los derechos de los menos favorecidos.

Se vincula a la Federación de Estudiantes en 1922 y se hace voluntaria en la Oficina de Defensa Jurídica Gratuita. Ese año se alzó como líder estudiantil cuando, en el contexto de la huelga por la “reforma universitaria” le tocó, junto a sus compañeras Maria Marchant y Aurora Blondet, explicar a la masa estudiantil las razones de la toma de la Casa Central de la Universidad de Chile.

Recibió el título de abogada en 1926, siendo una de las 15 primeras mujeres juristas chilenas. Su memoria se tituló El enriquecimiento sin causa a expensas de otro, en el Código Civil Chileno.

Atenta a los reclamos de las sufragistas inglesas, junto a Olga Poblete y otras adelantadas de la época, fundó el Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile, MEMCH, en 1935, que durante veinte años se abocó a la organización de mujeres en pro de su “emancipación económica, biológica y política”. Fue la primera organización femenina política en pro de sus reivindicaciones. Elena se dedicó principalmente a promover los derechos jurídicos de la mujer, ya que entonces las leyes consideraban a las chilenas como menores de edad, atadas a la voluntad del padre o del marido.

En Chile, en 1935, lograron uno limitado a las elecciones municipales, y no sería sino hasta 1949 que se obtendría para la mujer el derecho a voto para todas las elecciones.Ella, que tanto hizo por conseguirlo, no fue invitada por el presidente Gabriel González Videla a la ceremonia en que se promulgó tal ley en el Teatro Municipal. Se le aplicó la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, llamada “Ley Maldita”, que quitaba sus derechos y perseguía a las personas afiliadas al Partido Comunista. Elena nunca fue militante, pero sí su marido, el abogado Jorge Jiles, quien era dirigente de esa colectividad.

Durante los años ochenta, Seminario 244, la casa de Elena, se transformó en un lugar de encuentro y debate para las feministas. Pasaron por ella amigas de los tiempos universitarios y de todos los que siguieron, feministas antiguas y nuevas, e investigadoras chilenas y extranjeras en busca de un pedazo de la historia. Se desarrollaron tertulias sabatinas que llegaron a ser famosas y se realizaron reuniones clandestinas durante la dictadura, lo cual la hizo víctima de un allanamiento.

Caffarena trabajó por la defensa de los derechos humanos que estaban siendo sistemáticamente quebrantados. En la década de 1980, se convirtió en una de las fundadoras del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), que en la actualidad funciona como una corporación encargada de la defensa jurídica, social y médica de las víctimas de la dictadura y sus familias.

Artículos suyos en la revista Punto Final nos hablan de sus ámbitos de interés: Aborto en Chile, Divorcio con antifaz, El divorcio vincular y la familia, todos de 1994. También los textos que publicó en la Revista de Derecho, Jurisprudencia y Ciencias Sociales confirman lo que en su vida fue una constante: la defensa de los oprimidos, la visibilidad de los excluidos, su lucha por la democracia y la exigencia de derechos para las mujeres.
 

Fuente: Memoria Chilena.

Date

21 de Marzo, 2016

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Espacios

Tags
Barrio Yungay, CODEPU, comunidad obrera, Elena Caffarena, feminismo, ley maldita, modernidad, participación política, voto femenino